miércoles, 28 de abril de 2010

Idiota, pero gran estadista: Claudio (I)


Al pobre Claudio, emperador de Roma del año 41 al 54 de nuestra era, no le acompañaba el físico: cojeaba, secuela de una parálisis infantil, tartamudeaba y babeaba desde bien pequeño; además, tenía cierta fama de cretino. Su abuelastro, Octavio Augusto (quien gobernó el imperio del 27 antes de Cristo hasta el 14 después de Cristo), y su sucesor, Tiberio (14-37), se avergonzaban de él. Era objeto continuo de mofa.

Pero a fuerza de hacerse el idiota fue el único miembro de su familia (la Julio-Claudia) que sobrevivió del reinado de terror de su sobrino Calígula (37-41) Después de que éste fuera asesinado por la guardia pretoriana, le proclamaron emperador con 50 años tras ser descubierto detrás de una cortina para no presenciar tan vil crimen.

Los bufones de la corte le tiraban huesos de aceituna y dátil para despertarle de las siestas. Incluso le golpeaban con el látigo. Tales eran sus atracones de comida y vino, dos de sus pasiones, que debían introducirle una pluma en el gaznate para que vomitara y se aliviase (Historia y vida de los Césares; Suetonio)

Edicto a favor de los gases

A lo largo de su gobierno, el historiador Suetonio menciona que Claudio había pensado en proclamar un edicto que permitiera las ventosidades y eructos en la mesa, ya que la dispepsia (malestar estomacal) que sufría le provocaba continuas flatulencias. Otra de sus pasiones fueron los combates de gladiadores. En los intermedios, mientras comía, gustaba de ver combatientes que se destrozaran los unos a los otros. (Los Doce Césares. Del mito a la realidad; Régis F. Martin)

Pese a convertirse en un gran estadista al mando del imperio, las mujeres se convirtieron en su perdición. Mesalina le fue reiteradamente infiel e hizo ostentación de ello. Claudio mandó asesinarla por orden de Narciso, un liberto que ejercía enorme influencia en el emperador, en el año 48 junto a su amante Silio. Al año siguiente, el emperador se casó por quinta vez, en esta ocasión con su sobrina Agripina.

Claudio murió en el año 54 tras ingerir un plato de setas. Varios historiadores comparten la hipótesis de que fue envenenado por su esposa Agripina para que su hijo, Nerón, accediese al poder.

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